Portada del sitio - Noticias - “Crecer comiéndose su propio futuro”

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Bajo las consignas “El hambre es un crimen” y “para que la crisis no la paguen los trabajadores”, más de 50 mil personas llegaron el pasado 12 de diciembre a Plaza de Mayo desde todos los rincones del país, en el marco de la convocatoria de la CTA y del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo. Una justa distribución de la riqueza y la implementación inmediata de una asignación universal para todos los niños y niñas de nuestro país fueron los reclamos de los trabajadores y los chicos reunidos en la histórica plaza.

[9/02/2009]

La Marcha, que se manifestó como una de las conclusiones a las que se arribaron en Jujuy en el marco del encuentro Hacia una Constituyente Social en la Argentina, en las dos jornadas históricas que se vivieron el 24 y 25 de Octubre, atravesó un extenso recorrido a lo largo de la Avenida Rivadavia, en la Ciudad de Buenos Aires.

Días antes, se había dado a conocer la situación de los pibes en la Argentina, a través de un informe elaborado por Claudio Lozano, Ana Raneri y Tomás Raffo del Instituto de Estudios y Formación de la Central de los Trabajadores de la Argentina ( IDEF-CTA).

En el recorrido hacia la plaza, Lozano, Diputado de Buenos Aires para Todos en Proyecto Sur profundizaba sobre los alcances diciendo que “el informe es claro respecto a una característica de esta Argentina de los últimos tiempos, donde parece crecer comiéndose su propio futuro. La situación de los pibes menores de 18 años es dramática. A cinco años de crecimiento económico a tasas importantes tenemos un 47 por ciento de los pibes en situación de pobreza, es decir, 6 millones cien mil pibes en esta situación. De esos pibes, 3 millones cien mil padecen directamente hambre, es decir, están en situación de indigencia, 25 pibes por día mueren, de los cuales 14 mueren por causas evitables, hay prácticamente dos millones de chicos que jamás asistieron ni asistirán a ningún establecimiento educativo, más de la mitad viven en hogares que están en situación de hacinamiento y aproximadamente dos millones de ellos viven en zonas inundables o en basurales”.

A renglón seguido, el Diputado continuaba, expresando su preocupación sobre este cuadro de situación, “sobre todo si uno lo mira, percibiendo que se viene de un momento de supuesta bonanza económica y en donde la perspectiva es que sobreviene una crisis, que esta es una situación lo suficientemente compleja para que el gobierno abandone ya estrategias dirigidas exclusivamente a subsidiar empresas y comenzar a poner en práctica políticas de protección sobre la población más vulnerable y sobre los hogares más postergados”.

Números fríos

El 25 de enero de este año, bajo el título “La favelización anunciada”, el diario Crítica de la Argentina, presentaba un informe periodístico sobre la situación habitacional en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con “21 villas de emergencia o asentamientos: el asentamiento Morixe, el ex AU7, el de la Reserva Ecológica, Los Piletones, Calacita, calle Zabaleta, Av. Eva, Perón la Villa Dulce y las villas 1-11-14, 3, 6, 13 bis, 15 Ciudad Oculta, 16, 17, 19, 20, 21-24, 26, 31 y 31 bis Saldías. A esta lista tradicional se sumaron, en 2006, 24 nuevos asentamientos precarios con una población estimada en 12 mil personas, mientras que el total de habitantes de villas en la Ciudad Autónoma ascendió de 108.056 en 2001 a 167.500 en 2008, según estadísticas de la Defensoría del Pueblo local. Una población comparable con toda la ciudad capital de Catamarca, por ejemplo, o 20.000 habitantes menos que la capital de Neuquén”.

Si emparentamos estos datos, con los que arrojaba el informe realizado por el IDEF, se desprende la realidad de la que hablaba Lozano camino a Plaza de Mayo, con la necesidad urgente que desde el Estado se implementen políticas públicas para acabar con el hambre en la Argentina.

Para Lozano, “en este sentido, la asignación universal por hijo reemplazando el sistema actual de asignaciones familiares y entregándose contra chequeo sanitario durante los primeros años de vida del chico y contraparticipación en el ciclo escolar durante el resto, sería un instrumento favorable sobre todo por la concentración tan alta de pibes en los hogares más postergados”.

Es en este marco, en el que uno de los mandatos nacidos del seno jujeño demuestra, en palabras de Lozano, que “lo de la Constituyente no fue solamente un acto, fue un trabajo de un año y medio que se planteó objetivos y que está poniendo en marchas y en actos algunos de los objetivos que se trazó, el primero y fundamental que vamos a la primer marcha a Plaza de Mayo con contenido social definido en reivindicación de la distribución de los ingresos, de la recuperación de los recursos naturales y estamos abriendo la puerta a una discusión política más profunda que la que venimos teniendo hasta ahora y en donde los temas sean los temas de fondo que tienen que ver con los problemas de los argentinos y en donde las experiencias políticas que construyamos sean aquellas que se hagan cargo de esto”