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Una evaluación de lo que fue el primer encuentro de la Constituyente Social realizado en Rosario y las perspectivas a futuro aparecen como los ejes de un debate necesario. Opinan Carlos Nuñez de la Biblioteca Pocho Lepratti, Jorge Acedo, Secretario General de ATE Rosario y Gustavo Teres, Secretario General de la Seccional Amsafé Rosario.

[16/09/2008 - Rosario, Santa Fe]

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Gustavo Teres, Secretario general Amsafé Rosario

enREDando: ¿Cómo evaluás la convocatoria y la participación? Coincide con las expectativas que tenian?

Me parece que la Constituyente social es transitar una etapa donde a partir de la convocatoria de la CTA, se va redefiniendo un espacio de comunicación entre la CTA y diversos movimientos sociales. Eso tiene valor y un reconocimiento de los movimientos sociales y el movimiento obrero, donde se han ido articulando diferentes voces, diferentes posturas, todas surgidas de una matriz común, que es qué en esa reunión de la Constituyente Social, había una parte muy importante del movimiento social y de trabajadores que luchan y resisten. Eso es una de las cosas que tiene valor, y que ha sido partícipe de esta parte de la Constituyente Social, de la mayoría de las convocatorias sectoriales y unitarias de los últimos años.

Acá se encontró una parte importante de los que participamos los 24 de marzo, los que nos solidarizamos con la lucha del Lavadero Virasoro, los que estamos en defensa de la educación publica, de la salud publica, de los que reivindicamos la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre, de aquellos que queremos seguir profundizando el juicio y castigo a los culpables. Creo que ese movimiento social se reconoció e intentamos crear un espacio que no solo sea la unidad de acción, sino que en ese encuentro se empezó a balbucear una primera etapa de un debate político y social un poco más avanzado. Es la necesidad de construir plataformas y programas más permanentes que superen la unidad de acción. Un programa que sea un poco más que la sumatoria de todas las reinvindicaciones de cada movimientos social. Qué podamos tener un programa que nos globalice, sin que nadie renuncie a la soberanía de su propia organización y a sus propios pliegos pero que entre todos podamos volver a reconstruir la unidad social del movimiento popular, a través de un plan de acción, asi como en la década del 60 lo expreso la CGT de los Argentinos.

Tenemos que volver a poner en la agenda común el problema global de todos estos movimientos sociales: el problema del desempleo, del trabajo precario que afecta fundamentalmente a jóvenes y mujeres, el problema de una asignación universal por hijo, la defensa de la soberania alimentaria, la eliminación del IVA para los productos de la canasta familiar, el derecho de la vivienda. Esto, en el marco de una organización que debe consolidarse mucho más en el trabajo de base, que tiene que tender a aspirar a construir mayores instancias de poder popular, porque esta plataforma implica niveles de confrontación muy grande con los grupos de poder.

Para los desafíos del movimiento popular, el encuentro no alcanza, sigue siendo un espacio demasiado reducido. Creo que hay que trabajar para que sean miles de compañeros que en nuestra ciudad puedan ser parte de procesos constituyentes, de debates, que tiendan a reivindicar modelos de emancipación humana y aporten cualquier proceso de liberación nacional.

enREDando: A futuro, ¿cómo sigue la Constituyente Social en Rosario?¿qué análisis, advertencia y/o sugerencias haces sobre este espacio?

La izquierda y el movimiento popular tienen que valorar los poquitos pasos que pueden dar. Acá, en Rosario, no hacemos de esto una consideración desmedida en cuanto a qué es la solución para todo el movimiento popular, pero sí creemos que es un avance significativo si esto puede extenderse a todo el país, y puede ser un espacio donde empecemos a avanzar en la unidad social y política de la clase obrera y el movimiento popular. Las experiencias del pasado han mostrado siempre a una izquierda permanentemente fragmentada o siendo funcional siempre a experiencias políticas ajenas a los intereses de la clase. Siempre hemos construido con la cultura de apoyar al mal menor o de desarrollar experiencias ultrasectarias.

Me parece que hay una amplia avenida donde todos podemos levantar una bandera, avanzar juntos, donde la pelea por la distribución de la riqueza, la tierra y el conocimiento tienen que ser ejes fundantes de esta perspectiva de un nuevo movimiento político y social y donde recuperar la idea de soberanía no solo en términos de poder volver a nombrarnos, de volver a ser una patria, de poder ser parte de esta experiencia antiimperialista latinoamericana que encarna gobiernos como los de Evo Morales, Chavez o Correa, para poder ser parte de ese torrente y a la vez, construir soberanía al interior de las propias organizaciones.

Yo creo que es la deuda del movimiento popular de la Argentina, es la tarea inconclusa de la rebelión del 2001. En todo caso, lo que sabemos es que ésta es una posibilidad nueva y va a depender mucho de que los referentes sociales, políticos, sindicales, podamos tener no solo niveles de compromiso acordes a los tiempos históricos, sino también saber deponer las viejas tradiciones que han obstaculizado avanzar en sentido de construir movimientos de liberación, como ha sido el sectarismo en Argentina. Este encuentro se fortalece, primero, siendo obstinadamente unitarios y no entendiendo la unidad como un fin en si mismo, sino con la capacidad de poder escuchar a los otros y que vale la pena ponerse de acuerdo frente a un enemigo tan poderoso.

Y en segundo lugar, poder conectar con las demandas de nuestro pueblo. Hay que hablar no solo el lenguaje de nuestro pueblo, sino tratar de instalar en la agenda las grandes reivindicaciones que le movimiento popular necesita. Y esto debe estar lugar a lo que es la principal fuente de oxigenación del movimiento popular que es el conflicto social, que es la lucha. Allí donde hay una necesidad, tenemos que estar. Este es el mejor camino para superar la desconfianza. Esto es bueno si avanzamos a crear espacios constituyentes asamblearios y la democracia sea una seña de identidad fundacional y la diversidad implique el reconocimiento de todos y el pluralismo no sea formal, sino real, y podamos construir un programa antiimperialista y que pueda contener todos los reclamos del campo popular. Jorge Acedo, Secretario general ATE Rosario

enREDando: ¿Cómo evaluás la convocatoria y la participación? Coincide con las expectativas que tenian?

El balance es bueno, por la cantidad de organizaciones que participaron, porque se funciono en comisiones, con lo cual todos los compañeros discutieron sobre distribución del ingreso, democracia participativa y soberania, pero además, se ha quedado confirmado una comisión organizadora que volverá a reunirse para ver nuevas actividades. Surgio del plenario invitar a compañeros nacionales referentes del espacio, para ahcer nuevas charlas. Y lo más importante que nosotros defendemos el espacio como una asamblea donde todos debatimos todas las inciitativas que creamos que haya que tomar, las expongamos en un espaico donde ete garantizada la participación de todos. Desde ese punto de vista, el balance es positivo.

Nosotros creemos que va aservir para oxigenar bastante todo el tema de laa ctividad social y que tiene que ver con las organizaciones sociales y además con una mirada politica en un movimiento de liberación. El gran desafío es volver a ser dueños de nuestro país. Yo digo que todos los sectores populares nos demos cuenta o no, tenemos esa percepción de estar en un país ocupado por el enemigo. Y cuando digo esto, es porque el pueblo argentino no resuelve sobre los recursos naturales, sobre tema trnasporte, sobre la forma de industrializar el país, no se cumplen con preceptos de la constitución como la garantía a la vivienda, a la salud, a la educación. El nombre constituyente tiene que ver con aquel articulo de la 14 bis, que garantiza una serie de derechos que hoy no se cumplen. Creemos que si no hay una mayor participación de los compañeros y entender que la olitica no es solo el momento en que se vota para delegar que otros hagan, podemos encerio, pensar en cambiar la historia.

Lo que tratamos de construir con este espacio, es precisamente, tratar de constituirnos como lo que somos, sujetos históricos que cambia la historia. Y la clase trabajadora tiene la necesidad y la obligación de cambiar esto.

enREDando: A futuro, ¿cómo sigue la Constituyente Social en Rosario?¿qué análisis, advertencia y/o sugerencias haces sobre este espacio?

Un avance concreto es el tema de empezar a ser conciente del enemigo que tenemos y la realidad que pasa en toda Latinoamérica, donde surgen movimientos de participación popular muy fuerte, movimientos que han hecho un poco historia en los últimos 20 años, y que nos falta un poco el esfuerzo final de ir ganando, además de resistiendo. Como preocupación principal es que el año que viene hay elecciones. Eso se va a discutir en asamblea. Podemos tener que algunos decidan no discutir, pero eso no tiene nada que ver con la Constituyente Social. No se puede hablar de democracia participativa y después dejar que tres referentes resuelvan por el conjunto. Esto hay que remarcarlo todos los días. Carlos Nunez, Biblioteca Pocho Lepratti

enREDando: ¿Cómo evaluás la convocatoria y la participación? Coincide con las expectativas que tenian?

Personalmente me parece importante, al ser el primer intento. Si tenemos en cuenta que hace un mes atrás fuimos un muy pequeño grupo de compañeros de algunas organizaciones a Córdoba, donde nos motivaron fuertemente las experiencias que contaron desde más de doce provincias, donde se encontraron integrantes de organizaciones sociales, empresas recuperadas, movimientos de pueblos originarios, luchadores gremiales, políticos, estudiantiles, de derechos humanos, centros culturales. Esa amplia gama, en fin, de los que luchan y resisten desde hace años, pero que nos vimos mucho más las caras (y también nos quedamos con las ganas de otra cosa) en el 2001, en medio de las calles, de los barrios. La Constituyente Social viene naciendo como idea, desde hace unos Congresos atrás y ahora tiene la potencia instituyente que viene de la experiencia latinoamericana, sobre todo lo ocurrido en Bolivia, Ecuador, las prácticas también surgidas en nuestro país en los movimientos campesinos y al calor de la lucha de las fábricas sin patrones.Nos juntamos por primera vez este sábado en Ingeniería, pero sin duda, ha sido sólo un primer paso de una larga marcha que recién comienza.

enREDando: A futuro, ¿cómo sigue la Constituyente Social en Rosario?¿qué análisis, advertencia y/o sugerencias haces sobre este espacio?

Las advertencias nos llegan de todos lados, desde nuestras propias frustraciones, desde los sectarismos y disputas plenas de mezquindades y egoísmos. La Constituyente puede romper con ello, si verdaderamente se transforma en un espacio plural, donde todas las voces son escuchadas y genera modos participativos diferentes donde no sea otro el que hable en mi nombre. Pero también debe encontrar formas, maneras nuevas de hacer la política. Personalmente creo que el 2001 señaló no sólo el hartazgo al modelo neoliberal, sino también expresó claramente el distanciamiento de enormes sectores de hombres, mujeres y sobre todo de los jóvenes con las maneras de hacer política. Pero me parece que es un error si consideramos que la cosa se terminó con la caída de De la Rúa, o lo que representan ciertas representaciones de algún que otro diputado, senador o institución partidaria. Creo que hay una crisis mucho más fuerte atravesando diversas prácticas políticas, sociales, institucionales.Espero que sean muchos y muy creativos los que se vayan acercando a estos espacios porque creo firmemente que nuevas maneras de actuar políticamente están naciendo y de una u otra manera se harán espacio para poder manifestar y mostrar su efecto transformador.